CHEMSEX AUMENTA 5 VECES LA PROBABILIDAD DE CONTRAER VIH. QUÉ ES CHEMSEX?

EL CONSUMO DE DROGAS Y SU IMPACTO EN LA SEXUALIDAD.

Aumento del VIH, la hepatitis y otras ITS, así como embarazos no deseados y abusos sexuales se relacionan cada vez más con el consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales.  ¿Por qué la alerta en el mundo?, ¿Qué es el ChemSex y como abordarlo?, la desnhibición, el aumento de la libido y la reducción de la percepción del riesgo por las drogas.  

                  “Los hombres homosexuales y bisexuales que reportaron participar en “Chem Sex” (el uso de drogas específicos para mejorar o facilitar el sexo) tenían cinco veces más probabilidades de ser diagnosticados recientemente con VIH, nueve veces más probabilidades de ser diagnosticados con hepatitis C y cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados con una infección de transmisión sexual (ITS) durante un período de seguimiento de 13 meses”[1]

La relación entre las drogas, el VIH y otras ITS (infecciones de transmisión sexual) es cada vez más recurrente. Hay suficiente evidencia a nivel mundial sobre la infección del VIH y la Hepatitis por el intercambio de jeringas usadas entre consumidores de drogas por vía inyectada, pero esta infección relacionada con el consumo de drogas va más allá del intercambio de jeringas. El consumo de drogas puede ocasionar la desinhibición[2] lo que puede desembocar en la reducción de la percepción del riesgo, facilitando que ocurran prácticas sexuales menos seguras, y así que aumentan la probabilidad de infección del VIH, hepatitis y otras ITS a través de relaciones sexuales.

Por esta razón, queremos llamar la atención sobre dos comportamientos específicos que involucran el consumo de drogas y las relaciones sexuales.  Por un lado el “Chem Sex” en la comunidad LGBTI y por otro lado los consumidores recreativos de drogas en espacios de fiesta y ocio. No quiere decir que otros grupos poblaciones no tengan este comportamiento, pero consideramos que el uso de drogas se convierte en uno de los principales factores de riesgo para ellas, por lo que requiere una atención especial desde la perspectiva del consumo de drogas.

Chem Sex

El término “Chem Sex” es la manera como se le denomina popularmente a las relaciones sexuales entre hombre homosexuales con presencia de drogas, especialmente la metanfetamina, la mefedrona y el GHB. Este comportamiento también se encuentra asociado al sexo casual facilitado por las aplicaciones para teléfonos inteligentes (Grindr) según explica David Stuar[3], quien acuñó el término “Chem Sex” en el año 2001 para definir este comportamiento. Es así como ya empiezan a surgir evidencias de la alta incidencia del “Chem Sex” en el VIH y la hepatitis, según estudio publicado en HIV Medicine el 22 de mayo de 2018. [4]

“Los hombres homosexuales y bisexuales que reportaron participar en “Chem Sex” (el uso de drogas específicos para mejorar o facilitar el sexo) tenían cinco veces más probabilidades de ser diagnosticados recientemente con VIH, nueve veces más probabilidades de ser diagnosticados con hepatitis C y cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados con una infección de transmisión sexual (ITS) durante un período de seguimiento de 13 meses”[5]

El mismo autor concluye en otra investigación, que “ChemSex” plantea riesgos considerables, incluida la posibilidad de agrupaciones de infecciones agudas por VIH entre los participantes que tienen relaciones sexuales sin condón con múltiples pareja”[6].

En Colombia el “Chem Sex” se ha identificado como práctica recurrente pero no se ha estudiado a profundidad, no obstante datos preliminares suministrados por el proyecto Échele Cabeza cuando se de en la Cabeza que asiste a orgias homosexuales para brindar información en reducción de riesgos y daño en consumo de drogas; indica que en una encuesta de internet realizada a los miembros del grupo Angel´s Naked Party, una de las principales fiestas-orgias de Bogotá, el 58% indicó haber tenido sexo con drogas, el 66% reconoció haber consumido Popper, el 22% marihuana, el 4% metanfetamina y el 8% cocaína. Así mismo, este sondeo en internet para miembros de la comunidad que asiste a orgias y practica el “Chem Sex”, indicó que el uso del condón en las relaciones sexuales es 54% siempre, 20% frecuentemente, 10% raramente y 16% nunca.

“Con respecto a las drogas utilizadas en “Chem Sex”, la mefedrona destaca con una prevalencia de consumo descrita de hasta un 90% (Bourne et al., 2014). Esta sustancia, como otras catinonas sintéticas, cuenta con efectos psicoactivos y simpaticomiméticos similares a las anfetaminas, además de poseer propiedades entactógenas tales como intensificación sensorial, aumento de sociabilidad, desinhibición y excitación sexual. Esta sustancia cuenta con un gran potencial adictivo.

En el consumo intravenoso, se ha descrito la necesidad de redosificar en periodos de tiempo cada vez más cortos, llegando hasta 15- 20 inyecciones al día. Además, esta vía favorece la presentación de sintomatología psicótica inducida. Por su parte, el GHB es un depresor del SNC que tiene un efecto desinhibidor percibido como afrodisíaco y una leve acción analgésica. Su efecto anestésico favorece la realización de prácticas sexuales agresivas como el fisting (sexo braqui-rectal) ya que relaja el músculo liso y disminuye el umbral doloroso. Las sobredosis con depresión respiratoria pueden ser frecuentes, dado que su efecto se potencia al combinarlo con otras sustancias y se acumula, lo que puede provocar pérdidas del estado de conciencia, lagunas de memoria y vulnerabilidad ante posibles abusos sexuales (Bourne et al., 2015). El uso de metanfetamina también es habitual, sobre todo vía Intravenosa. En este contexto, la metanfetamina incrementa la confianza sexual, duración e intimidad. También facilita la participación en conductas de alto riesgo, como sexo en grupo, con múltiples parejas, sexo en grupo o prácticas sexuales agresivas (Lea et al., 2016)”[7]

Este contexto, en el que también encontramos el aumento en las relaciones sexuales sin protección y el aumento en la presencia de drogas estimulantes, requiere una intervención especial enfocada en la prevención y la reducción del riesgo y el daño relacionado con el consumo de drogas y el sexo entre homosexuales, que pueda impactar en la identificación del VIH así como en la reducción de las probabilidad de que ocurra.

El consumo recreativo y su papel en la sexualidad

La fiesta (discoteca, festivales, raves, conciertos, bares, discotecas etc) entendida como un lugar de socialización, esparcimiento y disfrute del goce y el ocio, es un espacio donde las personas interactúan con el ánimo de compartir experiencias, aumentar la red de relaciones sociales, gestionar causas, tener nuevos amigos, encontrar el amor de la vida y tener relaciones sexuales. En este último aspecto el uso de las sustancias psicoactivas legales e ilegales juega un papel importante, en la tarea de consecución de las relaciones sexuales especialmente en los adolescentes y jóvenes, quienes actualmente son una de las poblaciones con mayor aumento del VIH.

“Los resultados confirman la importancia que adquiere el contexto recreativo nocturno en la búsqueda y experiencia sexual entre los jóvenes. Los jóvenes tienen una idea muy precisa de cómo cada una de ellas funciona en relación con distintas prácticas sexuales. El alcohol es con mucho la más popular y la que tiene más ventajas en las cuatro prácticas sexuales analizadas (facilitar el encuentro sexual, involucrarse en experiencias más arriesgadas, aumentar la excitación y prolongar la relación sexual), excepto para prolongar la relación que se prefiere la cocaína. El cannabis no gusta porque relaja y no hay interés en el éxtasis por sus efectos sobre la sexualidad. A las mujeres les gusta mucho el alcohol para experiencias arriesgadas, aumentar sensaciones y prolongar sexo y utilizarían menos cocaína”[8]

Así como en el “Chem Sex” las drogas tienen un uso desinhibitorio también tienen una función específica en la relación sexual.

Tabla tomada de: http://www.redalyc.org/html/2891/289122033005/

Para profundizar en esta relación entre el consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales, simplemente traduciré los principales hallazgos del “Estudio comparativo autoinformado de los efectos sexuales del alcohol, la marihuana y el éxtasis en una muestra de adultos jóvenes asistentes a la vida nocturna” “A comparison of self-reported sexual effects of alcohol, marijuana, and ecstasy in a sample of young adult nightlife attendees” realizado a 679 jovenes entre 18 y 25 años en Nueva York elaborado por Joseph J. Palamar, Marybec Griffin-Tomas, Patricia Acosta, Danielle C. Ompad & Charles M. Cleland.

“Dos tercios de los participantes (66.8%) reportaron sentirse más atractivos en alcohol, 6 de cada 10 (60.6%) reportaron sentirse más atractivos en éxtasis, y una cuarta parte (25.3%) sintió mas atractivo en marihuana. La atracción hacia los demás fue similar, con la mayoría de los participantes (72.3%) informaron que el consumo de alcohol los lleva a sentirse más atraídos por los demás, seguido del éxtasis (64.3%), y luego marihuana (27.0%). La mayoría de los usuarios de alcohol (77.1%) y éxtasis (72.3%), pero solo una cuarta parte (26.1%) de los participantes informaron que esto aumentado al usar marihuana. De hecho, más de un tercio(36.4%) informaron que el consumo de marihuana es alto disminución de la excentricidad social.

Del mismo modo, el aumento del deseo sexual fue reportado por la mayoría de los usuarios de alcohol (62.3%) y éxtasis (58.3%), pero esto fue reportado por muchos menos usuarios de marihuana (31.6%). Tres cuartas partes (74.5%) de los participantes informaron que el éxtasis aumenta la sensibilidad del cuerpo, seguido de marihuana (49.1%) y alcohol (38.3%). De hecho, más de una cuarta parte (27.8%) de los usuarios de alcohol informó una disminución de la sensibilidad en el alcohol (en comparación con menos de 1 de cada 10 que informó esto para marihuana o éxtasis). Los hallazgos fueron similares para la sensibilidad de los órganos sexuales. La mayoría (85%) usuarios de alcohol informó tener un encuentro sexual después de beber, seguido de marihuana (74.7%) y éxtasis (56.8%). Se encontró un patrón similar para aquellos que informaron cualquier tipo de encuentro íntimo.

Entre aquellos que informaron haber tenido encuentros sexuales con una sustancia en particular. La extroversión fue más común con el alcohol (81.7%) y el éxtasis (74.3%) en comparación con la marihuana (45.9%), y la intensidad sexual (83.0%) y la duración de la interacción sexual (64.7%) fueron más altas en relación con el uso de éxtasis. El disfrute sexual reportado también fue mayor en éxtasis (66.5%) en comparación con alcohol (41.1%). Con respecto al orgasmo, la intensidad fue supuestamente más alta en éxtasis (63.0%) en comparación con el alcohol (29,5%) y la marihuana (44,9%), y la duración del orgasmo fue mayor en éxtasis (45.1%) en comparación con el alcohol (22.8%) y la marihuana (29.6%). Disfunción sexual, sin embargo, fue más comúnmente asociado con el uso de éxtasis (46.7%) y alcohol (40.2%) en comparación con uso de marihuana (21.3%). El arrepentimiento posterior al sexo también se informó con mayor frecuencia con el alcohol (30,7%) en comparación con el éxtasis (12.6%) y la marihuana (7.2%).

Hubo seis diferencias estadísticamente significativas por género. La atracción sexual por alcohol fue mayor entre las mujeres (87.1%) que entre los hombres (78.3%) (p = .038) y la intensidad sexual fue mayor con el consumo de alcohol más entre las mujeres (69.8%) que entre los hombres (57.9%) (p = .018). Los hombres eran más propensos a informar una mayor duración de las relaciones sexuales en comparación con mujeres después del uso de alcohol (58.5% vs. 35.9%; p <.001). Además, informaron diferencias en la disfunción sexual por género para las tres sustancias; específicamente, los hombres tenían más probabilidades de informar una disfunción después del consumo de alcohol (49.5% vs. 24.8%; p <.001) y el uso de éxtasis (53.6% vs. 34.6%, p = .031), pero las mujeres tenían más probabilidades de informar una disfunción después del uso de marihuana (30.6% vs. 15.0%, p = .002).

En comparación con la marihuana, tanto el alcohol como el éxtasis se asociaron con mayores probabilidades de informar mayor atractivo sexual de uno mismo y de los demás, extroversión social y deseo sexual. Aumentado la sensibilidad de los órganos y los órganos sexuales tiende a estar más asociada con el éxtasis en comparación con el alcohol y la marihuana, y tanto los encuentros sexuales como íntimos tenían más probabilidades de ocurrir cuando un participante consumió alcohol en comparación con la marihuana o el éxtasis. Con respecto a los efectos específicos del encuentro, en comparación con la marihuana, los usuarios de alcohol y éxtasis tenían mayores probabilidades de informar sexual saliente después del uso. En comparación con el alcohol y la marihuana, el éxtasis aumentó las probabilidades de informando una mayor intensidad sexual y duración de las relaciones sexuales. En comparación con el alcohol, el uso de marihuana y el éxtasis se asoció con una mayor probabilidad de informar un mayor disfrute sexual o intensidad. En comparación con la marihuana, el éxtasis se asoció con un aumento en las probabilidades de informar mayor duración / frecuencia de orgasmo. El alcohol y el éxtasis se asociaron con aumentos en las probabilidades de informar la disfunción sexual en comparación con la marihuana, y el alcohol se asoció con un aumento. Probabilidades de informar el arrepentimiento después del sexo en comparación con la marihuana y el alcohol”.

El efecto de desinhibitorio de las drogas sobre el comportamiento, tiene consecuencias directas sobre la reducción de la percepción del riesgo sexual. Datos suministrados por el proyecto Échele Cabeza cuando se dé en la Cabeza, que entre el 1 de enero y el 19 mayo de 2018 atendió a 2227 personas consumidoras de sustancias psicoactivas para uso recreativo en espacios de fiesta, a quienes les brinda información en reducción de riesgo y daño, manifiestan de manera preliminar que entre el 25 y 30% de las personas hacen consultas relativas sobre el efecto de las drogas en las relaciones sexuales, preguntas relacionadas con efectos deseados y no deseados, efectos de la interacción entre drogas con el sexo, efectos esperados, efectos secundarios, interacción de Viagra (sildelafilo) y sus homólogos.

Por estas razones consideramos importante incluir estas prácticas -con énfasis en adolescentes, jóvenes y comunidad LGBTI- para que sean beneficiarios de acciones enfocadas al tamizaje de VIH, la asesoría al respecto, así como información de reducción de riesgo y daño que relacione el consumo de drogas, el ejercicio de la sexualidad, el VIH, la hepatitis y otras infecciones de transmisión sexual.

Para mayor información visite: http://www.echelecabeza.com/el-chem-sex-ya-esta-en-colombia/


 

[1] http://www.aidsmap.com/page/3271850/?utm_source=NAM-Email-Promotion&utm_medium=aidsmap-news&utm_campaign=aidsmap-news

[2] https://www.researchgate.net/publication/28063411_Las_tendencias_antinormativas_y_los_rasgos_de_desinhibicion_conductual_estan_relacionadas_con_el_consumo_de_sustancias_ilegales

[3] http://www.davidstuart.org/

[4] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/hiv.12629

[5] http://www.aidsmap.com/page/3271850/?utm_source=NAM-Email-Promotion&utm_medium=aidsmap-news&utm_campaign=aidsmap-news

[6] https://www.academia.edu/17967002/ChemSex_Data_on_Recreational_Drug_Use_and_Sexual_Behaviour_in_Men_Who_Have_
Sex_with_Men_MSM_from_a_Busy_Sexual_Health_Clinic_in_London_UK_Authors_David_Stuart_Nneka_Nwokolo_Alan_McOwan_Margherita_Bracchi_Marta_Boffito_

[7] http://www.redalyc.org/pdf/2891/289151752008.pdf

[8] http://www.redalyc.org/html/2891/289122033005/