CUANDO LO EXTRAÑO SE MAXIMIZA Y LO GENERAL SE INVISIBILIZA. Drogas y medios de comunicación.

CUANDO LO EXTRAÑO SE MAXIMIZA Y LO GENERAL SE INVISIBILIZA. Una crítica a la radio y la televisión en el cubrimiento del tema de drogas.

Opinión por: Julián Quintero @Cospirandoando  Director Ejecutivo Acción Técnica Social 

Los casos del “Alka Seltzer” de Juan Diego Alvira en Noticias Caracol[1]y del “Todo comenzó por un brownie” en la Revista Semana[2], más allá de generar una serie de burlas o críticas por parte de los ciudadanos, deben ponernos a reflexionar sobre la ligereza y superficialidad del tratamiento del tema de sustancias psicoactivas en algunos medios de comunicación. Además, nos pone a pensar en el daño que los medios de comunicación le están haciendo a la sociedad, pues castigan la verdad a costa del rating que dan las lágrimas, la moral y los prejuicios.

Por ejemplo, el día que empecé a escribir esta opinión, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas publicaba un comunicado oponiéndose al regreso del glifosato y la restricción a la dosis mínima[3]; un hecho que debería tener todo el peso noticioso y argumentativo para el debate. A cambio de desarrollar este comunicado, la prensa de radio y tv, amanecen comentando el video de unas niñas que inducen a otra menor de edad a fumar marihuana[4], algo totalmente reprochable, pero que no deja de ser un caso extraño y poco usual frente a los estudios, las estadísticas y la tendencia.

Si en Colombia hay 10.5 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 14 años aproximadamente, 3 niñas fumando marihuana -al interior de una casa y no en el espacio público- son más o menos el 0.0002% de ese total y lo vuelven una generalidad hipotética tan solo por un supuesto moral que esto pasa en cada esquina y porque es viral y emocional. Lo mismo pasó con el caso de “Todo comenzó por un Brownie” de la Revista Semana, como si todo el que probara marihuana se volviera dependiente o pasara a consumir otras sustancias; según el Estudio Nacional de Consumo  de SPA en Colombia del año 2013, si nos basamos en la aproximación del DANE a 50.000.000 de Colombianos, 5.750.000 consumieron marihuana una vez en su vida, 1.650.000 en el último año y 1.100.000 en el último mes, dice el estudio que de estos consumidores, 440.000 personas aproximadamente tienen problemas de dependencia. Por tanto menos de un 10% de quienes probaron marihuana (de pronto un brownie) tiene problemas actuales con el consumo.

Es así que en un comportamiento sumamente grave, la prensa televisiva y radial se ha dedicado a maximizar los casos extraños y problemáticos de consumo de sustancias psicoactivas, esto con el fin de movilizar emociones indignadas que apoyen ciegamente el regreso al glifosato, las restricciones a la dosis mínima y, en general, apoyar el prohibicionismo tapando con llanto y lágrimas la abultada evidencia del fracaso de la guerra contra las drogas.

Cuando la prensa busca la excepción y no la regla.

Como investigador en el tema de drogas, llevo más de cinco años atendiendo periodistas, -siempre con una paciencia pedagógica- para que los argumentos estén por encima de las emociones. No ha sido fácil, debo confesarlo. Muchas veces, no solo tergiversan lo que digo, sino que además editan de tal manera mi planteamiento, que es usado como un refuerzo de sus posiciones más retardatarias; peor aún, usan mis argumentos, para presentar una falsa objetividad con el cuento de que entrevistaron las dos partes. La objetividad es ser subjetivamente claros, es lo más sano. Ya no me enoja que los medios tengan sus intereses morales, económicos, políticos y hasta religiosos, lo que me parece irrespetuoso es que no presenten sus sesgos previamente.

El caso más recurrente es cuando nos llaman porque buscan el testimonio de un exconsumidor que se haya “rehabilitado”,  “salido del infierno de la droga” o que “haya superado este flagelo”. Frente a estas peticiones usualmente respondo: Dado que el 90% de las personas que consumen drogas en el mundo son consumidores recreativos sin problemas graves derivados del consumo, como lo dice la UNODC, la mayoría de los consumidores con los que trabajamos son funcionales, trabajan, estudian, están completamente integrados, son jóvenes y adultos trabajadores, gente sencilla; incluso periodistas de un medio de comunicación o empresarios. ¿Quieres hablar con uno de ellos?. NO, responden los periodistas, “eso no le interesa a mi jefe”; y dejan de llamar. Lo que muchos periodistas quiere encontrar en el tema de drogas, es un niño huérfano, discapacitado, negro, consumidor de basuco, que robe con navaja a sus compañeritos del jardín infantil y tenga seis años. Eso para muchos periodistas sería “La Historia”, cuando eso solo existe en su imaginación.

El caso más reciente muestra el escalofriante amarillismo de la prensa. Me llaman de Séptimo Día para su especial de drogas de síntesis; me dicen estamos buscando a unos padres cuyo hijo haya muerto por consumo de drogas de síntesis. Mi respuesta de siempre para estas solicitudes es: hasta donde sé, el Ministerio de Justicia solo ha asociado tres muertes al NMBOMe[5]en los últimos cinco años; no tengo reporte, en las más de 2.500 personas[6]que atendemos al año, de una muerte directa por esta situación, debe haberlas, pero no las conozco. Claro, no volvieron a llamar. Sin embargo, forzaron tanto la historia, que el caso que contó Manuel Teodoro, con su tono de película de terror, versó sobre un joven que tuvo que ser internado por consumo de drogas de síntesis; en el centro de tratamiento se suicidó. Es decir, una narrativa que nada que ver con muerte por sobredosis, y todo que ver con el tratamiento, al que aparentemente su padre siempre lo obligó[7].

Si según el Estudio Nacional de Consumo de SPA en Colombia del año 2013 en el último año 80.000 personas consumieron éxtasis en Colombia[8], por qué no contar cómo estas personas evitaron ser dependientes o intoxicarse, en vez de rebuscarse los casos fatales; por qué esa gana de andar metiendo miedo; aquí debo enfatizar que está comprobado que el miedo como estrategia de educación no funciona.

La segunda llamada más frecuente de los periodistas es: “¿Será que usted tiene cifras de consumo, me las puede facilitar?” y pese a haber sucumbido varias veces a hacerles la tarea, en los últimos años he optado por decirles donde están, pero ha sido imposible que las encuentren o las citen de manera adecuada. La tercera llamada más recurrente es “Cuénteme cuáles son las nuevas drogas y cuáles son las nuevas prácticas de consumo en los jóvenes”. A lo cual respondemos. Hoy en día en Colombia se puede conseguir cualquier droga que haya en el mercado a nivel mundial si usted está bien conectado o es un psiconauta (persona dedicada a explorar, investigar y explicar los estados de conciencia derivados del consumo de sustancias).

Solamente hasta que nuestro proyecto Échele Cabeza observa que una nueva sustancia se repite de manera regular o una nueva practica se está volviendo recurrente anunciamos su existencia y sus riesgos. Evitamos al máximo ser los primeros en mostrarla porque definitivamente es una invitación a la curiosidad y publicitar una nueva practica que no nos interesa. Evitamos al máximo mostrar fotografías de las sustancias por primera vez.  Frente a esto mucho periodistas pacientes entienden y se toman la pausa, otros salen corriendo a que un “experto” irresponsable les valide la chiva para salir a antojar niños y quedar bien con su jefe.

El caso de la Revista Semana que bautizó el 2cb “Tuci” como “la traba de la élite”, la droga de modelos, reinas, actores y políticos[9]en el año 2012, es el ejemplo contemporáneo más claro de promoción y publicidad de una droga por parte de un medio de comunicación. Igual pasó con el lanzamiento de “Metástasis” y el aumento de las búsquedas de las palabras “Metanfetamina” y “Comprar” en Google trendsen las semanas siguientes, o el arribo durante los 6 meses siguientes al estreno de la seria, de la pastilla de éxtasis con la cara de Walter White como lo anunciamos en su debido momento[10].

La evidencia castigada por las lágrimas.

En el último mes, después de que se agitó el debate de la dosis mínima y el regreso del glifosato, muchos investigadores, académicos, juristas, abogados, médicos, psicólogos, psiquiatras, sociólogos, operadores de servicios y otros profesionales hemos salido a enfrentar con argumentos las propuestas del nuevo gobierno para retroceder en política pública de drogas. Es así como hemos logrado posicionar, entre otros argumentos, que por ejemplo, la protección de los niños no puede ser pretexto para violar mandatos constitucionales o derecho fundamentales; que el decreto no trae nada nuevo y es inconstitucional; que el gobierno no tiene evidencia para demostrar que la incautación de dosis mínima reduce el consumo; que la mayoría de los consumidores son recreativos y no son ni enfermos ni delincuentes; que la atención en drogas debe ser con enfoque de salud pública, que la regulación de mercados ilegales de drogas en el mundo está reduciendo población carcelaria y delitos, que meter a la cárcel a los traficantes no reduce el consumo, entre otros. Todo esto con datos, estadísticas, análisis y argumentos, en su mayoría de fuentes oficiales y académicas de investigación.

Ante estas evidencias, y viéndose derrotada en los medios de comunicación, la prensa que apoya estas ideas retrogradas no ha tenido más estrategia que mover las emociones y agitar las pasiones de un pueblo ignorante. El mismo  que a falta de preparación se deja convencer de las lágrimas o un video viral. De la prensa se ha dicho siempre que saben de todo un poquito, pero por encima y sin profundidad. También, que es un gremio que no se autocritíca y no se pisan la manguera. Así que no aspiro a que la prensa se autocritique públicamente (seguro dicen que es censura o autocensura), pero por lo menos que cada periodista haga la reflexión de lo que está contando, mientras observa el consumo entre su familia, amigos y los colegas en las salas de redacción cerrando su fin de semana.

No todo es fatal y hay esperanzas.

Pero no todo es tan fatal y hay esperanzas. La prensa escrita, a diferencia de la televisiva y la radial, puede separar la reportería de la opinión y la opinión de las historias. En la prensa escrita las emociones son más neutrales. A la prensa escrita le queda más difícil poner la opinión del periodista en la boca de sus entrevistados, como si lo hace la televisión y la radio más fácilmente. Por eso le sugiero a la gente que no vea ni escuche noticias en las mañana, pues son perjudiciales para la salud mental, a cambio de eso escoja con calma lo qué se va leer y de qué se quiere informar.

Otra esperanza está en el ejemplo de buen periodismo que los reporteros extranjeros le dan cada ratico a los medios locales y su afán por la chiva y el sensacionalismo. Mientras Juan Diego Alvira no se esperó dos días para explicarle cómo funcionaban las drogas en el cerebro y salió con la burrada que se volvió un reto en internet, el periodista Guillermo Garat de New York Times, escribió durante 3 meses una historia de cómo falsificaban las drogas en América Latina[11]. Mientras Arturo Wallace de BBC de Londres estuvo con nosotros durante 4 meses esperando la fiesta perfecta para grabar con la mínima intromisión nuestro proceso de análisis de drogas en una fiesta underground[12], Caracol Noticias nos llamó de afán para que hiciéramos una pantomima de una fiesta y analizáramos drogas. Algo que obviamente no hicimos.

Debo aclara que esto no es un ataque a W Radio, Revista Semana o Caracol Noticias, con quienes hemos podido hacer unos reportajes muy interesantes, solo que frente a una coyuntura agitada ellos han dado mucha papaya en las últimas semanas. Esta es una crítica al periodismo ligero, superficial y emocional que lo hay en todos los medios, así como también en todos los medios hay gente muy seria y juiciosa con su oficio. No solamente tengo una relación muy buena con la mayoría de los periodistas, sino que también tengo varios muy buenos amigos metidos en este oficio que saben claramente de lo que estoy hablando.

También da esperanza que los medios alternativos han empezado a construir una nueva narrativa, más especializada y seria en unos casos, y ligth y milenian en otros. Pero están ganado un espacio importante frente al abuso de la posición dominante de algunos medios de comunicación. Por este esfuerzo quizás, además de la labor de muchas organizaciones en educar las personas, es que tenemos unos consumidores y una audiencia cada vez más formada, que con la burla en redes sociales critica claramente las noticias tendenciosas, falsas y amañadas. Tal es el caso de la tendencia de #AlkaSeltzerChallenge, o la droga el “ENDI”, situaciones ampliamente castigadas en internet.

Como está pasando con los prohibicionistas, hay un cambio generacional que bien o mal está dejando atrás esos discursos. La nueva generación está llegando a las salas de redacción, las cámaras y los micrófonos. Hoy en día empezamos a recoger los frutos de haber apoyado muchos periodistas cuando hacían los trabajos de la universidad, y que hoy ya están en muchos medios, teniendo una visión más clara del tema de drogas y marcando la diferencia. Vemos todos los días cómo desde una posición personal, pero ante todo profesional, se esfuerzan por aportar en la comprensión más argumentada y menos moralista y prejuiciosa del tema de drogas.

Así pues, la prensa se ha dedicado a volver general y masivo los comportamientos extraños y poco normales del consumo de drogas, así mismo, se ha encargado de invisibilizar las generalidades menos peligrosas y riesgos que ocurren en esta práctica y las evidencias. La prensa no ha podido contar cómo hemos aprendido a convivir con las drogas, frente al fracaso de quienes eran los encargados de evitar que las drogas llegaran a la manos de las personas. La reducción de daños, la regulación de mercados, las salas de consumo supervisado etc, no son más que propuestas alternativas para resolver el fracaso de la prohibición.

Qué tal si la prensa avanzara en reducir el estigma y la discriminación de los consumidores, pues nadie quiere que lo crucifiquen como a Sandra Borda por reconocerse consumidores recreativa. Así podrán tener personas consumidoras influyentes y famosas que reconozca su consumo y enseñen como han podido gestionarlo y ser exitosos en sus vidas.

Por último,  uno de los fracasos más estrepitosos que va a tener Duque y Trump  hacia el final de su mandato, es fracasar una vez más en las políticas prohibicionistas de drogas. Cuando Duque fracase, también van a fracasar todos los que lo acompañaron ciegamente en esta idea errada; y ese también será un fracaso para la prensa.

 

[1]https://www.kienyke.com/tendencias/entretenimiento/juan-diego-alvira-video-drogas-canal-caracol

[2]https://www.semana.com/nacion/articulo/entrevista-a-federico-avila-sobre-la-atencion-en-el-colegio-a-casos-de-consumo-de-drogas/582696

[3]https://www.eltiempo.com/vida/salud/medicos-rechazan-uso-de-glifosato-y-decomiso-de-la-dosis-minima-269660

[4]https://twitter.com/wradiocolombia/status/1042202108051677187

[5]http://www.minjusticia.gov.co/Noticias/TabId/157/ArtMID/1271/ArticleID/3495/Sistema-de-Alertas-Tempranas-reportó-la-aparición-de-nuevas-sustancias-tipo-NBOMe-que-se-venden-como-LSD.aspx

[6]http://www.echelecabeza.com/informe-primer-semestre-2018/

[7]https://noticias.caracoltv.com/septimo-dia/infiltracion-de-un-policia-banda-de-drogas-sinteticas-peligrosa-adiccion-de-jovenes-ie134

[8]http://www.odc.gov.co/PUBLICACIONES/ArtMID/4214/ArticleID/5768/Estudio-Nacional-de-consumo-de-sustancias-psicoactivas-en-Colombia-2013

[9]https://www.semana.com/nacion/articulo/la-droga-2cb-traba-elite/267008-3

[10]https://www.vice.com/es_co/article/4w9mw3/metastasis-heisenberg-extasis-bogota

[11]https://www.nytimes.com/es/2018/09/14/testeo-drogas-adulteradas-duque/

[12]https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/06/130616_colombia_drogas_laboratorio_analisis_aw